Bélgica > Bruselas > Atomium de Bruselas

Atomium de Bruselas

Al igual que la Torre Eiffel, en París, el Atomium fue construido en Bruselas para sorprender al mundo en la exposición universal de 1958. Para algunos es una excentricidad, para otros es una original y exclusiva obra de arte. La cantidad de material gastado (pesa 2.400 toneladas y tardó en construirse 18 meses) provocó algunas polémicas. Incluso la idea inicial era desmontarlo tras finalizar el gran evento mundial, pero debido al éxito obtenido se decidió que se quedara de manera permanente. Lo cierto es que, sin discusión, resulta el principal atractivo de la capital belga.

Vista del Atomium desde lejos

La foto es obligatoria en la Atomiumsquare, 1020. Su autor es André Waterkeyn, quien decidió demostrar todo el talento que portaba talento a través de un átomo de hierro ampliado unas 165.000 millones de veces. Su altura es de 102 metros, está formado por nueve esferas de 18 metros de diámetro, las que se comunican entre sí por tubos con escaleras mecánicas. En su interior, después de ser renovado en 2006, se incluyó un elevador que lleva a la cima a una velocidad de 5 m/s.

Atomium de Bruselas iluminado

De las cuatro esferas superiores, tres carecen de soporte vertical. Por ello, no están abiertas al público, lo que sí la cima donde hay un restaurante con capacidad para 140 personas. Las colas para entrar a él son bastante grandes, como mismo a la sala de exposiciones.

Entre las 10 de la mañana y las 6 de la tarde, el visitante puede acudir al lugar, aunque el restaurante abre hasta las 11 de la noche, el que permite además una bonita vista de la ciudad. Los precios andan por los once euros para los adultos y para los niños, seis euros. Para los menores de seis años, la entrada es gratuita.

Otro atractivo del Atomium es su cercanía con el parque Mini Europa, que muestra infinidad de miniaturas que nos permiten recorrer todo el continente europeo.

Os dejamos un interesante vídeo rodado durante su construcción a modo de documental: